Una tragedia más: Los jóvenes de la feria de Lagos de Moreno.
Un estado duramente castigado por el crimen organizado, ignorado por su gobierno estatal y buleado por el federal, Jalisco es hoy, junto con Guanajuato, el triángulo de fuego de la maña, de los criminales sin temor de la autoridad y mucho menos, temor de Dios.
Si, ese mismo Dios que se olvidó de Roberto Olmeda, Diego Lara, Uriel Galván, Dante Cedillo y Jaime Martínez cuando, sin deberla o temerla, fueron privados de su libertad, torturados, mancillados, humillados...asesinados.
Ya no importa si fue el cartel Jalisco o el cartel de Sinaloa, o cualquier otro grupo delincuencial, eso ya es lo de menos ya que en este sexenio, los únicos que tienen garantizados sus derechos y privilegios son ellos, a los que les ofrecieron abrazos.
No, el verdadero crimen organizado está en manos de ese gobernante, desde el municipal hasta el federal que parecen caciques en ves de servidores; que parecen dueños, en ves de humildes empleados, esos que precisamente llegaron al poder para ser uno más del montón, del que llega y se olvida.
Si, el video es triste, desgarrador y terrorífico, ¿Qué hicieron estos jóvenes para terminar así o con quién se metieron para que determinaran que debían morir a manos de sus propios amigos?
¿Aún seguimos pensando que el determinar como grupos terroristas a los cárteles de la droga es una exageración? El vídeo muestra la barbarie similar a lo que veíamos lejano, allá por Afganistán cuando los rebeldes secuestraban a militares americanos y los degollaban, salvajismo en su máxima expresión.
Hoy, un presidente que se burla y hace caso omiso, de nueva cuenta a su pueblo, en un embate más del crimen organizado contra sus gobernados, donde le preguntan y mejor un chiste de 500 a 200 pesos, eso es lo que vale la vida en manos del señor puro, del señor de palacio.
De Enrique Alfaro no hablamos, no tiene importancia, relevancia, y mucho menos, cavidad hablar de él, de nada va a servir, como su gobierno.
Envíamos nuestras condolencias a sus familias, a sus amigos, a sus compañeros de escuela y trabajo, a sus vecinos, a México, a nuestra sociedad.
Sabemos que no será la última historia de este tipo, pero que nuestra fe en que un día regresaremos a ser un país libre, feliz y tranquilo sea y llegue pronto.